• La normativa vigilará las acciones en el ámbito del aseo urbano y otras cuestiones como el control y la tenencia de animales, el juego y la mendicidad
• Las multas por depositar residuos fuera de los contenedores y espacios públicos llegan a los 1.500 euros, y hasta 18.000 las infracciones por maltrato animal
El Pleno Municipal de Redován, celebrado telemáticamente el pasado lunes 8 de junio, dio luz verde al presupuesto para 2020, aprobado con doce votos a favor y una abstención de la Corporación Municipal. Durante este pleno se aprobó también el proyecto de Ordenanza Municipal de Limpieza y Convivencia Vecinal en el municipio, una norma que tiene como objetivo “crear un marco normativo con el que promocionar el civismo en los espacios públicos de Redován, estableciendo al mismo tiempo tanto normas de conducta como sanciones”, ha informado la alcaldesa, Nely Ruiz. Tal y como ha explicado la primera edil, “se trataba de elaborar una legislación para regular aquellos puntos que suelen ser más conflictivos en la convivencia entre vecinos de un municipio, como pueden ser las cuestiones de aseo urbano o la tenencia de animales de compañía”.
La ordenanza introduce asimismo un cuadro de sanciones que, según las infracciones y su gravedad, podrán alcanzar hasta los 1.500 euros y que, en el caso de infracciones de maltrato y abandono animal, podrían llegar a superar los 18.000 euros de multa.
Uno de los puntos en los que más se ha querido incidir ha sido en la necesidad de cuidar y mantener limpios “espacios de los que todos disfrutamos, como los parques o la zona recreativa de La Ermita, y de depositar los distintos residuos en los contenedores y lugares designados para ello”, ha indicado el concejal de Servicios Municipales, Ramón López. El edil ha insistido en la prohibición de dejar enseres o escombros en los espacios públicos, “una práctica lamentablemente muy común en algunas zonas del municipio”, ha añadido, que en esta nueva normativa tienen la consideración de graves, y que podrán saldarse con multas de hasta 1.500 euros.
Obligatoriedad de los propietarios de mantener limpios los solares
El Consistorio redovanense busca regular, del mismo modo, el correcto mantenimiento de los solares privados en Redován, “eliminando la vegetación excesiva y asegurando su desratización y desinfección periódica, para evitar en la medida de lo posible situaciones que pongan en peligro la salud de los vecinos y vecinas”, ha añadido López. A este respecto, el Ayuntamiento ya inició el pasado marzo un plan de mantenimiento de solares, enviando “más de cien cartas a propietarios en el casco urbano, a fin de que procedan a su limpieza para mantenerlo en un óptimo estado de salubridad”, ha indicado José Nájar, quien ha explicado que con esta ordenanza “se pretende que los propietarios de solares se conciencien de su obligación de mantener los terrenos en óptimas condiciones de salubridad e higiene”, procediéndose a sancionar a todo aquel propietario que no cumpla con esta obligación cívica. Se evita así que el Ayuntamiento “tenga que enviar año tras año numerosas notificaciones de aviso, lo que supone un gran desembolso económico y de trabajo, además del grave perjuicio para los vecinos colindantes con terrenos muy descuidados”, ha añadido.
Otras de las conductas reguladas en esta nueva normativa serán la prohibición de realizar acrobacias en el mobiliario urbano, el consumo de bebidas en la vía pública, las actitudes de mendicidad agresiva o el consumo de alcohol en la vía pública.
Por otro lado, y en el apartado dedicado a los animales de compañía, la ordenanza prohíbe expresamente el abandono y el maltrato animal, obligando a la tenencia de estos “en las condiciones higiénicas, de seguridad y de cuidado adecuadas, así como a su identificación e inscripción en el censo municipal, y respetando igualmente también la normativa que regula la tenencia de animales peligrosos”, ha informado Nájar. La normativa recoge la obligación de recoger y limpiar las deposiciones de las mascotas, otro de los puntos conflictivos en la convivencia entre vecinos, para evitar que se manchen las fachadas de los edificios.